jueves, 1 de enero de 2015

Día ciento trece sin él.

Ayer fue tan dulce. Tan adorable. La mañana en su casa, colgadito de mí, pidiéndome que no me fuera. Tan cerca. Tan, taaan dulce.
Luego, a la noche. "Perdón por no haberlo hecho esta mañana". "Gira para mí". "Promételo, esta pinky promise empieza en 2015, pero tiene que ser para siempre". 
"¿Qué tal el primero beso del año?"
El. Primer. Beso. Del. Año. 
Con que no sea el último... Puedo sonreír hasta decir basta. 
Dulce, y más dulce después. Con todos y a solas. Y al día siguiente, cuando me abrió la puerta.
Y ahora de repente.. "Pereza", "no quiero ver a nadie".
Y a puf. 
La promesa está jodida de cumplir, pero desistir ya no es algo mío.
Dime que sí en un rato, cabrón.

Y vuelve.


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