viernes, 19 de septiembre de 2014

Día doce sin él.

Todo son dudas, echar de menos y humo en el que difuminarse.
Duele, duele a morir. Y por mucho que intento mantener la entereza no hago más que hundirme, una y otra vez.
¿Le hablo? ¿No le hablo? ¿Seré pesada? Joder, qué falta me hace. ¿Quedará con otras chicas? ¿Ligará con otras chicas? ¿Pensará que tenemos alguna oportunidad? ¿Se planteará si quiera solucionarlo? Hazte la difícil. Un poco. No le atosigues. ¿Y si se pierde en unas piernas más bonitas? Tú lo hiciste. ¿Y si... Encuentra unos ojos más bonitos? Que no lo haga, que no lo haga, por favor. Háblale. ¡Ni se te ocurra! Me hace tanta falta... Dile algo. No. Hazlo. No. 
... Mierda.

¿Cada paso me acerca o me aleja más de él?
Que vuelva.
Y si no, que haya alguien esperándome al borde del precipicio con una nueve milímetros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario