jueves, 18 de septiembre de 2014

Día once sin él.

Estoy en sus brazos. Pero nos vemos mucho. 
Me besa. Pero no quiere alargar la despedida.
Me busca y me echa.
QUÉ. PUTO. SENTIDO. TIENE.

Aprendiendo a apreciar el día a día de la forma más horrible que nunca imaginé.
No puedo dejar de dormir con su chaqueta, aunque ya no huela en absoluto a él. Pero me recuerda a sus abrazos...
Como cuando le dije en aquel finde que pasó aquí que en las noches que pasaba sola recordaba cómo me abrazaba para sentirle conmigo, y él me abrazó, para que tuviera un recuerdo más.

Recuerdos, todo recuerdos...

Vuelve.

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