lunes, 15 de septiembre de 2014

Día ocho sin él.

Estoy muerta de miedo. Total y absolutamente muerta de miedo. No he dormido nada desde anoche, y no sé cuánto va a durar esto. Hoy no pude más y en vez de comer me fui a un rincón escondido entre los árboles en el campus a llorar y a fumar, y a sentir sin reparos que cada pedacito de mi ser se desprende poco a poco. Él lo mantenía todo unido, estaba empezando a repartir la argamasa entre cada grieta, y a dejado la obra  a la mitad.
Y claro, la obra se desmorona.

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