miércoles, 8 de octubre de 2014

Día treinta y uno sin él.

Me busca. Me olvida. Me mima. Me aparta de una hostia.

Me hace sonreír. Me hace llorar. 

Me hace reír. Me hace sentir que sólo quiero derribar paredes.

Estoy cansada de tanta montaña rusa. Quiero una lanzadera que no acabe.

Vuelve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario